31/1/12

QUE LLUEVA, QUE LLUEVA

Adoro vivir en Madrid, su clima seco, su sol que hasta en invierno calienta y, aunque la primavera y el otoño sean estaciones que pasan casi inadvertidas, también me gustan.

Cuando vivía en Londres conocí a una chica de Santander, Gema, que me dijo algo en lo que yo nunca había caído:
- Mientras estuve estudiando en Madrid, aprendí a llevar las gafas de sol en el bolso hasta en invierno.
En Santander y en Londres lo que llevas en el bolso hasta en verano es el paraguas.
Reconozco que en mi etapa londinense no me fijé mucho en el clima, es una ciudad tan alucinante y llena de vida que me daba igual, pero en mi etapa parisina la cosa cambió.
En París el cielo es gris, parece que te va a aplastar de lo bajo que está, hay como una especie de chirimiri ó calabobos constante y al igual que en Londres y en Santander, el paraguas no puede faltar como complemento del look diario anual.
Después de tantos años hasta el moño de la "Grisaille" y deseando tener un verano al que se le pudiera llamar verano y no temperatura agradable, creí que nunca diría algo así, pero aquí va:
¡¡QUIERO QUE LLUEVA!!
No es que quiera que llueva, en plan idílico, romántico, etc., sino que, o llueve o este verano los españolitos nos las vamos a ver muy mal. Podríamos volver a tener cortes de agua ya que nuestras reservas están bajo mínimos, es más, no sólo quiero que llueva sino que QUIERO QUE NIEVE, la nieve nos garantiza buenas reservas para el verano.
En mi intento desesperado por hacer algo para esto ocurra, me puse a buscar en internet rituales para llamar a la lluvia que no sean los de lanzar bromuro al cielo como hacen los chinos, y he encontrado alguno muy curioso.
En India para atraer la lluvia celebran la boda entre dos ranas ya que para ellos significa que la lluvia irá al territorio donde viven.
En México hay uno en el que suben a niños a unos palos muy altos y les dan vueltas. Este ritual es de gran peligrosidad y más de una vez ha habido que lamentar alguna muerte.
Un ritual más viable y menos peligroso es el de recitar la siguiente oración que nos recomienda la llamada Magia Añil:
¡Oh, Dios, en quien vivimos, nos movemos y existimos! Otórganos la lluvia conveniente para que suficientemente ayudados con los auxilios temporales, con mayor confianza aspiremos a los bienes eternos. Por nuestro señor. Amen.
Aunque yo prefiero quedarme con uno más de estar por casa y naíf y cantar aquello de:
Que llueva, que llueva, la Virgen de la cueva, los pajarillos cantan, las nubes se levantan que sí, que no, que caiga un chaparrón con azúcar y turrón.
¿Os apetece que llueva un poco?
¿Conocéis otras canciones, oraciones o rituales para atraer a la lluvia?

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